
Se encuentra a 20 minutos de Bogotá y está localizado del kilómetro 15 al 20, en la carretera que conduce a Choachí (Cerro Guadalupe) y ofrece entre sus atractivos un recorrido por el Camino Real que, antiguamente, conducía de Bogotá hacia los Llanos Orientales.
El silencio mezclado con el rugir de heladas rafagas de viento enmarco el gran e
scenario de altura, dominado por los frailejones, los cardones, pajales, pinos nativos y agua, bastante agua. Ese fue el panorama predominante de la experiencia caminada del Parque Ecológico Matarredonda, reserva ecoturística ubicada a media hora de Bogotá, por la vía a Choachí. El objetivo del día, alcanzar el emplazamiento del célebre ojo de agua, conocido como Laguna El Verjón para luego coronar una cumbre de no tan simple ascenso, llamada La Cuchilla, desde la cual es posible ver gran parte del sur de Bogotá y de paso ver el Santuario de Monserrate, abajo en la mirada. Mientras, uno de los centenarios caminos reales que transitan hacia los Llanos Orientales guió gran parte de nuestro camino.

Último esplendor antes de la muerte 
De Matarredonda, se llego a la Laguna del Verjón, sagrado cuerpo de agua para las culturas prehispánicas, lugar de nacimiento del río Teusacá, hoy en día reducido considerablente pero aún así guardián de la vida del páramo que lleva su hombre, defendiendose de la mirada de extraños con poderosos vientos y un clima tan frío que hace desistir a los que poco saben perseverar.

De Matarredonda, se llego a la Laguna del Verjón, sagrado cuerpo de agua para las culturas prehispánicas, lugar de nacimiento del río Teusacá, hoy en día reducido considerablente pero aún así guardián de la vida del páramo que lleva su hombre, defendiendose de la mirada de extraños con poderosos vientos y un clima tan frío que hace desistir a los que poco saben perseverar.
Vista panorámica de la Laguna El Verjón, cuerpo de agua que esta desapareciendo...
Se rodeo la Laguna, primero atravesando una zona de turberas, es decir zonas cubiertas de pastos y vegetación pero con un colchón de agua que no se ve a simple vista y donde la persona puede hundirse con facilidad. Luego se asumió un exigente ascenso que trato de cobrarse el bienestar de mas de uno de nuestros participantes, aunque con un saldo a favor, de lograr coronar el sitio conocido como La Cuchilla, en límites del parque.
Se rodeo la Laguna, primero atravesando una zona de turberas, es decir zonas cubiertas de pastos y vegetación pero con un colchón de agua que no se ve a simple vista y donde la persona puede hundirse con facilidad. Luego se asumió un exigente ascenso que trato de cobrarse el bienestar de mas de uno de nuestros participantes, aunque con un saldo a favor, de lograr coronar el sitio conocido como La Cuchilla, en límites del parque.
Cruzando una zona de turberas
La Cuchilla, donde los vientos mas potentes intentaron derribarnos y el frío parecía acabar con las ganas, una vista del suroriente de Bogotá y la sensación de mirar el mundo desde un lugar mas alto, fueron la recompensa. Vino el descenso para completar el circuito
alrededor de la mítica Laguna, también de buena exigencia para las rodillas, mientras que el viento y el frío no daban tregua, el paisaje se cubría de una espesa niebla que traia a la mente la leyenda de la diosa del Páramo, Mapalina, que cuando se enfurece al ver que hay personas que ingresan sin permiso a sus dominios, lo cubre todo de niebla y no hace fácil el transito.
La Cuchilla, donde los vientos mas potentes intentaron derribarnos y el frío parecía acabar con las ganas, una vista del suroriente de Bogotá y la sensación de mirar el mundo desde un lugar mas alto, fueron la recompensa. Vino el descenso para completar el circuito

La Cuchilla, donde el viento no da tregua
La llegada a la Laguna, nos permitió reponer energías descansando y meditando al lado de ella, para finalmente emprender el camino de retorno, no sin antes conocer un poco más sobre la visión que se ha tenido de los páramos en Colombia, a lo largo de la historia, una visión que va de la creencia de ser morada de los dioses, luego desiertos helados donde la muerte esperaba hasta revivir el interés de estudio de estas grandiosas fuentes del preciado líquido y de vida, en la lucha por su preservación.
La llegada a la Laguna, nos permitió reponer energías descansando y meditando al lado de ella, para finalmente emprender el camino de retorno, no sin antes conocer un poco más sobre la visión que se ha tenido de los páramos en Colombia, a lo largo de la historia, una visión que va de la creencia de ser morada de los dioses, luego desiertos helados donde la muerte esperaba hasta revivir el interés de estudio de estas grandiosas fuentes del preciado líquido y de vida, en la lucha por su preservación.
Un día en el páramo
Así, concluyo esta grata experiencia donde aprendimos cosas nuevas, nos pusimos a prueba en cuerpo y espiritu y de paso, nos desconectamos del ruido y rutina citadina y descubrimos lugares tan especiales como estos, a tan poca distancia de donde transcurre la mayor parte de nuestras vida
Así, concluyo esta grata experiencia donde aprendimos cosas nuevas, nos pusimos a prueba en cuerpo y espiritu y de paso, nos desconectamos del ruido y rutina citadina y descubrimos lugares tan especiales como estos, a tan poca distancia de donde transcurre la mayor parte de nuestras vida




Tengo entendido que este terreno esta en disputa: uno de los miembros de la familia Sabogal asesino con cuatro tiros en la espalda a Jacqueline Amaya la dueña del predio. Y a los visitantes, deportistas y demás personas los atacan la familia del asesino. No es mejor resolver primero ese tema antes de seguir promocionando un lugar peligroso hasta para la propia comunidad?
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